Barcelona Tips
Las varias “Ramblas“ que hay en Barcelona se llamaron así porque por ellas bajaba agua viniente de la montaña de Collserola y la dirigían hasta el mar. Eran calles algo malolientes, especialmente en verano por la escasez de agua, pero principalmente porque a falta de alcantarillado en las casas humildes tanto del Barrio Gótico, Raval, como de los ahora llamados Eixample (la parte Rambla de Catalunya) y Poblenou, la gente aprovechaba para tirar deshechos en ellas esperando que la corriente se los llevase. Esta práctica necesaria se hacía a todas horas, pero sobre todo por la mañana temprano y a última hora del día. Esto generaba una habitud en la gente de esa zona para encontrarse, charlar de sus cosas y “fer barri” (“hacer barrio“).
Una vez se aprovisionaron con un sistema de alcantarillado, las dos aceras y carreteras laterales y el paseo central quedaron tal y como están ahora, y así en Las Ramblas (las conocidas, las que dividían el centro de la ciudad en dos) se establecieron tiendas, teatros, restaurantes, centros de estudio y algunos quioscos de flores y animales en el paseo central. Todos los barceloneses de todos los barrios empezaron a acudir. Al principio sólo por la noche se vacíaba, pero como el torrente que fluía en sus inicios, un río de gente no cesó de “ramblear“ día y noche, hasta hoy mismo: la gente del barrio, comerciantes, camareros, trabajadores del Liceu, obreros, prostitutas, sindicalistas, artistas callejeros, turistas, aprovechados… “Todas las clases sociales, razas y etnias juntas en la misma calle, haciendo de todo y a todas horas“, esta empezó a ser la definición de las Ramblas.
Se empezó a hablar de ella como alguien de nuestro entorno: “pues ayer no había tanta gente“, o “en la parte de arriba hace más calor…“, o “estos artistas son muy buenos…“. Como en la plaza Djemaa el fna en Marrakesh, las Ramblas de Barcelona tomaron vida propia, se convirtieron en una fiesta para los sentidos y la gente de todo el mundo acudió en masa a andar por ella para ver “qué pasaba, qué se vivía, qué hacían las Ramblas…“.
Ramblear siempre fue, debe ser y será un momento para observar, aprender, compartir y vivir. ¡Que nada ni nadie nos quite el rambleo!
por Ruben Arroyo
«Ruben’s «Don’t be a tourist, be a real Barcelonian» tour guides»
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