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Language Learning, Spain Trips
Hace algunos domingos, en el Brunch, estuvimos practicando italiano en la mesa que me senté. Conversamos de muchos temas interesantes durante las tres horas de intercambio de idiomas. En un cierto punto, alguien me preguntó: «¿Alguna vez has hecho el ridículo por no saber pronunciar bien una palabra en otro idioma?«. Por supuesto mi respuesta fue: «Sí».
Aquí mi historia, de cómo hice el ridículo delante de mis ex suegros italianos
Llevaba poco tiempo en Italia, solo un par de meses, por lo que mi italiano todavía no era muy bueno. Ese también era el tiempo que llevaba saliendo con Riccardo. Nos habíamos conocido en un bar, él era el coctelero y nos enamoramos casi a primera vista (digo casi porque fui muchas veces para asegurarme de que me había visto). Empezamos a salir la noche de Halloween (quizás una premonición de lo que sería esa relación, pero esta es otra historia). Y al poco tiempo ya quiso presentarme a sus padres, yo le di largas hasta que me dijo que era el cumpleaños de su madre y que quería que yo también fuese a la celebración. No pude negarme, así que me arreglé al estilo italiano, o sea vestidito, tacones, maquillaje… pero todo bien pijo (los que me conocéis sabéis que suelo ir bastante formal, pero Riccardo decía que las españolas, yo incluida, parecíamos muy hippies).
Total, que allí estaba yo, hecha un pincel, poniendo a prueba el italiano que había aprendido en dos meses de clases, con los nuevos suegros que acababa de conocer. Estaba tremendamente nerviosa, así que hablé muy poco, pero cuando llegó el camarero tuve que abrir la boca para pedir mi comida. Bien, para los que no habléis italiano, os diré que es MUY importante remarcar las letras dobles, es decir si hay dos «n» seguidas, o dos «m», «l», «s», da igual la letra, si hay dos juntas, hay que pronunciar las dos, porque el significado de la palabra puede cambiar. Yo quería pedir los macarrones «all’arrabbiata» (se podría traducir como «enfadados», básicamente llevan un poco de picante), pero en lugar de pedir «le penne all’arrabbiata» me pedí «pene all’arrabbiata», lo que viene a ser un pene enfadado…
Todos abrieron los ojos como platos y mi suegra, alzando la voz, le repetía al camarero que lo que yo quería eran los macarrones. Yo me quería morir de la vergüenza. Creo que no hablé más en toda la incómoda velada.
Ahora lo recuerdo y me río, pero en ese momento lo pasé fatal. Lo bueno es que aprendí la importancia de la pronunciación. Esto no se aprende con los libros ni con las aplicaciones, se aprende hablando con nativos.
Y tú, ¿alguna vez has hecho el ridículo por no saber pronunciar bien una palabra en otro idioma? Compárte tu historia con nosotros ya sea en los Intercambios de idiomas ONLINE, en el Paella & Language Exchange de este sábado 3 de abril o en el Brunch & Language Exchange del domingo 11 de abril. Y si quieres ver tu historia publicada, nos la puedes mandar a info@speakquick.es
Un abrazo,
Aina
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